En la víspera de que cumpla tres décadas, la Coordinadora Nacional de Trabajadores de la Educación (CNTE), de acuerdo con sus fundadores, se debate en una disyuntiva: construye algo nuevo para obtener el poder del sindicato magisterial más grande de América Latina o continúa coexistiendo con el charrismo y de esa manera seguirá otros 30 años, en espera de que se derrumbe la antidemocracia sindical, representada hoy por Elba Esther Gordillo.
Los días 17 y 18 de diciembre de 1979 se constituyó formalmente ese movimiento con el concurso, entre muchos otros, del Consejo Central de Lucha, el Comité Nacional de Maestros Coordinadores de Telesecundarias, el Frente Magisterial Independiente Nacional y representantes del Movimiento Revolucionario del Magisterio. Hoy, varios de quienes estuvieron en el auditorio municipal de Tuxtla Gutiérrez, Chiapas, donde nació la CNTE, consideran que ya llegó la hora de ser poder. Hay, aseguran, madurez, capacidad y voluntad, aunque se disputan los cómos.
Para José González Figueroa la democratización del Sindicato Nacional de Trabajadores de la Educación (SNTE) por la vía de los estatutos y la legalidad está absolutamente cancelada. “El sindicato nació charro, creció charro y así va a morir”, resalta.
El tenaz luchador magisterial vislumbra la constitución de un comité legítimo, porque en este país no puede haber nada legal con instituciones que dan el triunfo a la ilegalidad, a la corrupción y al envilecimiento del poder.
El actual secretario general del comité ejecutivo nacional democrático del sindicato, Sergio Espinal, considera que el desafío para dejar de ser la eterna oposición es reconstituir el sentido nacional en la coordinadora. En otras palabras, resalta, es necesario pasar de un trabajo más local a una acción nacional.
Sin embargo, opina Teodoro Palomino Gutiérrez, no se puede hablar de la democratización sindical sin la democratización de las instituciones en su conjunto. Tan es así, que se ha señalado que primero sería necesario tirar a Felipe Calderón para que se reconociera la ilegitimidad de Elba Esther. Pero a lo anterior, Sergio Espinal replica: ¿habrá gobiernos democráticos si no hay organizaciones sociales fuertes y democráticas?
Al igual que Espinal, Palomino Gutiérrez considera que hoy día la CNTE tiene el reto de organizar sus esfuerzos locales en la posibilidad de disputar el SNTE nacional.
A ello, Sócrates Pérez Alejo apunta que uno de los déficits que ha tenido la CNTE en su lucha por acabar con la corrupción que significa el poder de los charros es la necesidad de colectivizar un proyecto de educación alterno. Es decir, los esfuerzos locales que se han gestado en varios estados –uno de ellos es Michoacán, de manera más destacada– para dar a conocer propuestas pedagógicas con materiales y libros deben tener carácter nacional, pues ello significará la apropiación de lo que le es fundamental al maestro: su materia de trabajo.
Los profesores no excluyen la autocrítica de su reflexión. También hablan de los errores o los equívocos de su movimiento en estos 30 años. Para Espinal, ha habido una imposibilidad para construir un sentido nacional de la organización, pero también les ha ganado la inmediatez y la falta de visión para adelantarse a las propias acciones del gobierno. Por ejemplo, en 1989, con una insurgencia nacional de medio millón de docentes, habiendo roto el tope salarial de 10 por ciento y con un (Carlos) Jonguitud desgastado, se tuvo la oportunidad de ir por el SNTE, pero el gobierno impuso a Elba Esther Gordillo.
Por su parte, José González Figueroa manifiesta que la organización ha carecido de una formación permanente de nuevos cuadros con gran capacidad ideológica y política. Esto ha traído en consecuencia “los vicios del charrismo” en la coordinadora, como la cooptación, la búsqueda de intereses personales por encima del proyecto y la emigración a los partidos, añade.
Sin embargo, esta organización, en cuyo seno se han generado las ya tradicionales consignas el maestro, luchando, también está enseñando, y de norte a sur ganaremos esta lucha cueste lo que cueste, también ha tenido la capacidad de llevar a cabo el descongelamiento de sueldos en 1982, romper el tope salarial en 1989, lograr los libros de texto gratuitos para secundaria en 1996 y, sobre todo, avanzar en la lucha por la democratización sindical y del país, agrega por su parte José Manuel Cisneros, otro de los incansables promotores de las causas del magisterio disidente.
Así, finaliza, a pesar de asesinatos, represiones callejeras, amenazas, sanciones, etcétera, los maestros se mueven y se seguirán moviendo.
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